Según un estudio realizado por el instituto Surgeon General, la decisión adoptada por algunas ciudades y estados en EEUU de prohibir el humo en los locales públicos no ha producido ningún impacto económico negativo. Es más, los bares y restaurantes de New York, donde se ha aplicado esta disposición, han incrementado su volumen de negocios del 9%. El temor generalizado, entre los gestores de estos comercios, de perder los clientes fumadores sería por tanto injustificado. ¿Y en los hoteles?
La reciente decisión de Marriott Hotels (y anteriormente de Westin Hotels) de prohibir el humo de todos sus establecimientos de Canada y EEUU demuestra que sus clientes les piden adoptar este tipo de política.
¿Y en España qué pasa?
Aunque la ley de tabaco española no haya surtido los efectos esperados, ya que casi en cualquier bar o restaurante se sigue pudiendo fumar, queda por verificar si a mediano-largo plazo el mercado local premiará a las empresas de servicios que han elegido prohibir el humo.
Un hotel que decide prohibir el humo en su establecimiento consigue diferenciarse en el mercado y puede apuntar tanto a la demanda de los clientes no fumadores como a la de los fumadores que no toleran alojarse en hoteles que “huelen a humo”. Se trata de un elemento diferenciador que pero necesita de una adecuada comunicación para poder darse a conocer entre los potenciales clientes.
Existe en España una demanda latente por los smoke-free hotels, cuyas dimensiones exactas se desconocen todavía, y que seguramente irá creciendo con el tiempo (así como está pasando en el resto del mundo). También existe un vacio en la oferta hotelera por este tipo de demanda. ¿Cual será entonces la primera cadena en España a ofrecer este servicio?